jueves, 10 de marzo de 2016

Bancero de Oro Viejo


                                                                                                          
Llego el momento,  es la hora, es el instante de salir a la calle de forrar mi capirote con terciopelo de oro viejo y dejar que la emoción llegue hasta lo más hondo de mí.
Cuanto ha costado llegar hasta aquí, y cuantas veces siendo niño he soñado con ello, con ser capaz de sentir todas esas emociones que fluyen siendo, eso bancero de la pasión de esta ciudad, donde de vez en cuando sin querer te acuerdas de todos esos que ya no están y que te enseñaron todo,  que te transmitieron  esto para que un día tú se lo transmitas a otros. Y así desde la eternidad miles de escalofríos recorren sus almas viéndonos hacer lo que ellos nos enseñaron.
El tiempo se para, el alma se encoje, cuando dos toques, que se graban para siempre en la fría madera  indican que ha llegado el momento, ha llegado la hora de demostrarle a Cuenca la más absoluta de las pasiones y dejar que afloren las emociones de la identidad nazarena.
Después, los pies acariciaran el suelo tras los duros golpes de las horquillas, y mis ojos se empañaran al notar su dulce peso, las lágrimas no dejan de empapar mi capuz, y suena Banceros de la Pasión del maestro Sendra. Y es entonces cuando te acuerdas de cómo siendo niño recorrías el pasillo de casa una y otra vez ansioso por que llegase el momento de mi vida, mi momento. Porque en Cuenca el “ser bancero es aquel brote incontenible que se siente desde el último rincón del alma”.
 Descanso;  contemplo y observo su silenciosa mirada, su cara de pena y entonces me gustaría arropar su mejilla con el tirón de mi espíritu y ser capaz de aliviarle en su inmensa pena.
¿Se necesita algo más, para explicar, porque mi alma no deja de ser morada en ningún momento del año? ¿Se necesita algo más para entender por qué se hace un nudo en el estómago cuando por las calles de Cuenca aparecen los primeros nazarenos? ¿Se necesita algo más para comprender que como dijo José Luis Muñoz me sienta “anónimo pegado al madero”?. Éste es mi legado, ésta es mi savia, en definitiva…..ésta es mi vida.
                                                                                                          
                                                                                                                      Alberto Fernández Fuentes               

1 comentario:

  1. Llega el momento, llega la hora.
    Me emociono al leer tus palabras Alberto, y revivir en mi cabeza esos sentimientos de los que hablas, los cuales sentiré a flor de piel en días, horas.
    en mi caso no es un sueño de niño, ya que aunque soy conquense, no nací en la capital y nunca he vivido allí, por lo que no es algo con lo que haya crecido.
    Pasaron muchos años hasta que por primera vez pude hacer un sueño realidad y era el de vivir de cerca el sentir conquense porque aunque no lo hubiera vivido, si me conocía bien de cerca la vida y trayectoria de una semana santa que no se había ganado su distinción internacional por casualidad.
    Y llegué a sentir esa emoción al mirar los pasos procesionando, y llegué a sentir como se me encogía el estómago al sonido de las horquillas golpear el sueno, y llegué a sentir como el respeto y la fe me envolvían de una manera abrumadora.
    Y tras varios años para los que he vivido por y para estos días, tenía la enorme necesidad de manifestar activamente mi Fe, devoción y admiración y conseguí mi primer banzo, el cual espero este año volver a tener por 3 año consecutivo y vivir intensamente ese cúmulo de sensaciones que son tan difíciles de explicar y tan fuertes de vivir.
    Hace semanas que me preparo emocionalmente para nuestra Semana de Pasión, digo mía porque ya ha he hecho parte de mi y mi vida y me siento como un nazareno más.
    Yo quiero dejar al final de mi camino el recuerdo de que viví lo que mi corazón y mi alma ha querido sentir, mi Fe. Mi Cuenca Nazarena.

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