Ya falta un día menos…
Un día menos para vestir mi túnica,
mis guantes, capuz y salir ilusionada para recorrer las calles de mi querida
Cuenca en la Procesión del Perdón, acompañando a Nuestra Madre María Santísima
de la Esperanza el Martes Santo y de Nuestra Señora de Las Angustias el Viernes
Santo.
Pronto llegaré al lugar de salida de la Procesión y me colocaré en sus filas para procesionar con toda devoción un año más.
Comienza la Procesión… y mientras
camino, escuchando solo el sonido de las preciosas marchas que las distintas
bandas van desgranando y el golpeteo de las horquillas de los Banceros al tocar
el pavimento con ellas, pasan por mi mente recuerdos de todo éste año de espera
hasta hoy.
Recuerdo los momentos felices, los
tristes, los hermanos que ya no están éste año procesionando con nosotros, por
enfermedad o fallecimiento y los nuevos nazarenos que éste año salen por
primera vez... me emociono solo con pensarlo...
Así recuerdo a recuerdo van pasando
las horas y los pasos van llegando a ésas pequeñas callejuelas de nuestra
ciudad, tan acogedoras, tan mágicas, tan nuestras… Tan silenciosas al paso de
las Imágenes, como si quisieran guardar silencio ante su hermosura y belleza.
Y cuando ya la noche a caído de
lleno sobre la Ciudad y se empieza a notar el cansancio de los Nazarenos y
Banceros que se recuperan con solo oír una preciosa marcha de las Bandas para
tomar aliento y seguir caminando… una lágrima furtiva se escapa de mis ojos, no
de tristeza, sino de emoción y añoranza porque tendré que esperar otro año para
volver a salir en Procesión.
Mª Ángeles Cervel Gascueña.
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